Muchas de las personas que atiendo en consulta reportan dificultades para convivir con la aparición de pensamientos no deseados, repetitivos e involuntarios. Pensamientos que se presentan sin avisar, de forma inesperada en nuestra mente.
A este tipo de pensamientos, en psicología, los llamamos "pensamientos intrusivos". Seguramente todos los hayamos experimentado en alguna ocasión, aunque no hayan llegado a suponernos un problema. Los pensamientos intrusivos pueden llegar a resultarnos perturbadores, angustiantes o incluso violentos, y pueden ser difíciles de controlar o detener.
Son un fenómeno común y normal para muchas personas mientras que para algunas otras pueden convertirse en un problema grave y afectar su calidad de vida y bienestar emocional. Es en estas situaciones en las que puede resultar útil disponer de cierta información y de algunas estrategias como las que voy a tratar de compartir:
Aceptación: Aprender a aceptar que los pensamientos intrusivos son parte de la experiencia humana normal y que no necesariamente tienen un significado o valor real nos puede ser útil para disminuir su impacto emocional.
Reconocimiento: Reconocer que los pensamientos intrusivos son solo pensamientos, y no representan necesariamente nuestros deseos o creencias más profundos, puede ser una forma útil de reducir su impacto.
Distracción: Enfocarse en otras actividades que distraigan nuestra mente, como hacer ejercicio, escuchar música, leer o ver una película, puede ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de los pensamientos intrusivos.
Reenfoque: Intenta enfocar tu atención en otro pensamiento o actividad que te haga sentir bien, en lugar de centrarte en los pensamientos intrusivos.
Mindfulness: La práctica de la atención plena o mindfulness puede ayudarte a ser más consciente de tus pensamientos intrusivos sin juzgarlos ni reaccionar emocionalmente a ellos.
Terapia: Si los pensamientos intrusivos te están causando problemas significativos, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Muchos profesionales podemos enseñar técnicas de manejo del estrés y ayudar a desarrollar estrategias para reducir la frecuencia y la intensidad de los pensamientos intrusivos.
Isabel González
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